Frente a la condición de los migrantes en Libia. Intentos de acción en un espacio de frontera

Violaciones, torturas, reducción a esclavitud, pedidos de rescate a las familias, niños prisioneros, bebés dejados morir. Campos de detención oficiales, campos de detención informales, casas o cabañas-prisión. Innumerables reportajes e informes de las organizaciones internacionales -Unhcr, Onu, Oim- de las Organizaciones no gubernamentales, o de periodistas, en estos años contaron la barbarie de Libia hacia la condición de los migrantes. A veces una imagen: de un hombre vendido como esclavo, de una mujer en el suelo con manos y pies encadenados, más recientemente un reportaje con imágenes arrancadas al horror por alguien que lo estaba viviendo, y que arriesgaba ser torturado y matado para que el mundo las viera. Del otro lado del mar, la Unión Europea que estipula o financia acuerdos para impedir las salidas de los migrantes, Italia, con su Memorandum d’intesa con el gobierno de AL Sarraj y sus “puertos cerrados”, las financiaciones para la implementación de los campos, el entrenamiento de la Guardia Costera líbica, y el envío de parte de varios estados miembros de la UE, de un equipo técnico siempre más sofisticado para capturar a los seres humanos antes de su salida de las costas líbicas. En el medio, un pequeño país, Túnez, con una frontera a veces abierta, otras cerrada, para impedir el tránsito de esos pocos que escogen la ruta por tierra para intentar escapar del infierno líbico y sin prever para quienes llegan a su territorio alguna posibilidad de acceso al estatus de refugiado ni ninguna otra forma de legalización de su permanencia.
Una absoluta monstruosidad, no hay otras palabras. Una monstruosidad que es el resultado y la vorágine de las políticas de gobierno del movimiento de las personas implementadas por la Unión Europea y sus estados miembros ya desde hace décadas con diferentes herramientas: la institución de visas de entrada, y así la contingentación de las llegadas y una drástica limitación de las posibilidades de movimiento de las personas, la externalización de las fronteras, la creación de la Agencia europea para el control de las fronteras (Frontex, ahora Agencia europea de la Guardia de Frontera y Costera) y sus diferentes misiones, terrestres y marítimas, los acuerdos con los estados de proveniencia, los patrullajes por mar, la producción de la muerte en el Mediterráneo, financiaciones siempre mayores para la tecnología de la industria de la seguridad, las varias formas de centros de detención, en los países de llegada como en los de tránsito más allá de las fronteras de la UE, la progresiva demolición del estatuto de asilo político, la criminalización de los llamados migrantes económicos, así como de los llamados “falsos refugiados”, y la sucesiva criminalización de las acciones de solidaridad hacia los migrantes… Sería una lista muy larga, pero no es necesario recordarla extensivamente aquí. Uno de los resultados es esta absoluta monstruosidad: la condición infernal de los migrantes en Libia y su muerte diaria en el Mediterráneo.
Como simples habitantes y activistas de una zona que de Libia pasa por Túnez y llega a Europa, de diferentes modos, estamos involucrados en la condición infernal de los migrantes en Libia: porque en Libia están presos, porque por Túnez podrían pasar, y a veces transitan, porque también de Túnez, la única posibilidad de salida posible, con excepción de alguna visa, es la ruta del mar, con su carga de muerte y desaparición, porque a Europa en parte llegan y porque Europa contribuyó sensiblemente a la creación del infierno líbico. A lo largo de los años, sin embargo, hemos asistido a la gradual reducción del espacio de acción política capaz de afectar las premisas de esta condición, un espacio limitado ya a las acciones de solidaridad y de ayuda a los migrantes para rescatarlos en el embudo del Mediterráneo o en el estrechamiento de alguna frontera terrestre, con márgenes de paso y de reivindicación siempre más débiles. Frente a la que parece una absoluta imposibilidad, ¿tenemos que quedar impotentes y resignarnos? O de lo contrario ¿es posible imaginar, inventar, detectar alguna otra posibilidad de acción?

Con el intento de construir un espacio de existencia, de imaginación, de colectividad que ya no fuera determinado por las políticas de gobierno del movimiento de personas, con su carga de muerte y de un bárbaro refrenar de cuerpos, como habitantes y activistas de algunos lugares de esta zona, creamos el Grupo informal Europe Zarzis Afrique. Zarzis, una ciudad tunecina en el Mediterráneo y cercana a la frontera con Libia, lugar de salida de muchos jóvenes tunecinos, y de llegada, en estos últimos años, de migrantes sub-saharianos, rescatados en el mar o que cruzaron la frontera terrestre. Una ciudad fronteriza donde la producción de muerte de las políticas migratorias de la UE y de los estados co-implicados en dichas políticas es experiencia diaria, en el dolor de las familias de los migrantes tunecinos desaparecidos, en el hallazgo de los cuerpos en el mar por parte de pescadores, en su seguido compromiso en socorrer a los náufragos, en el entierro de los muertos, en la documentación y construcción de la memoria de lo que está pasando.
Hemos intentado imaginar una acción desde abajo, completamente diferente de la de los estados y de las organizaciones internacionales co-implicadas en sus políticas, y en absoluta oposición sea a las políticas de externalización de la UE, sea a las políticas discriminatorias y a menudo persecutorias del estado tunecino. Por esto, durante los primeros días del mes de Agosto, vamos a organizar antes, un taller con diferentes actores para tratar de diseñar las posibilidades de formas de producción de economía y de existencia alternativas, para los habitantes de Zarzis así como para los migrantes que llegan de Libia, y sucesivamente, una marcha hacia la frontera con Libia, en este momento lugar candente del juego de las necropolíticas migratorias. Para hacer esto de manera significativa, necesitamos el apoyo y de la participación de todas y todos los que ya no quieren quedar estancados en esta imposible monstruosidad. En los meses anteriores a la movilización hacia Zarzis, vamos a contactar a organizaciones, asociaciones, grupos y colectivos, personas individualmente, para construir juntos este recorrido.
Les pedimos además que nos escriban a nuestra dirección de correo electrónico o a la página Facebook, en caso de que tengan sugerencias para la realización del taller (invitados, temas para el debate, experiencias previas, búsqueda de financiación) que nos gustaría se realizara alrededor de algunos ejes básicos (agricultura, artesanía, turismo) y que en nuestra idea debería representar solo una primera fase para la construcción de recorridos alternativos de existencia y de convivencia en un espacio de frontera.

Este es el programa de los días en Zarzis:
1, 2, 3 de agosto de 2019: Taller
4 de agosto de 2019: marcha hacia la frontera
5 de agosto de 2019: encuentro de evaluación y proyectos futuros
¡¡¡ Los esperamos en much*s !!!

Grupo informal Europe Zarzis Afrique, Carovane Migranti

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